Desde la niñez y durante la juventud, experimenta con la luz, con las sombras y con efectos que ambos provocan.
El negocio familiar de iluminación le abre de forma natural su sensibilidad para concebir la luz como una emoción.
Por otra parte, su vocación de artista, músico y compositor, lo acerca a la fusión de la luz (emoción) y la música (poesía).
Sus innovadores trabajos son fruto del conocimiento y crecimiento personal y cognitivo con la luz, así como su formación con los grandes maestros de la luz como Ramón Rey o Toño Saiz, con los que desde disciplinas totalmente diferentes, la iluminación escénica y la museística respectivamente, llega a desarrollar tanto doméstica como arquitectónicamente sus propias formas de proyectar la luz, el color, la intensidad y la posición gestionadas con la tecnología.
Obsesionado por las atmósferas creadas exclusivamente por la luz y su vital importancia en el comportamiento del ser humano, el resultado es un lighting designer con un sello muy personal, su máxima: tecnología y poesía.
Al frente de su propia empresa de proyectos de iluminación desde 2003, aprovecha el legado familiar vinculado a la luz desde 1963. Desde su laboratorio de la luz se prueba, se investiga y se crean las mejores soluciones para cada proyecto o viajando por el mundo para conocer los referentes mundiales de la iluminación, aspira en convertir cada instante en una emoción a través de la luz.
La importancia de dónde se colocan los puntos de luz, la cantidad, el tono y su enfoque, son una alquimia entre el proyectista, la propia luz y las sombras, y las personas que disfrutarán de ellas.
JORDI SALADIÉ